En la década de los 70 la ciudad de Nueva York se hallaba sumida en una de sus mayores crisis fiscales. El crimen crecía sin ningún tipo de control y grandes negocios comenzaban su marcha buscando nuevas localizaciones. Todo este ambiente estaba haciendo sufrir a la imagen de Nueva York y el turismo estaba sufriendo en consecuencia.
Por ello, en el año 1977, el departamento de comercio del estado de Nueva York contrato a la agencia “Wells Rich Greene” para desarrollar una campaña de marketing para el estado de Nueva York. William S. Doyle, el jefe del departamento, también contrató a Milton Glaser, para trabajar como diseñador en la campaña de “Wells Rich Greene”.
Con esta campaña se pretendía buscar que la gente viera Nueva York como algo más que una gran urbe con todos los problemas que eso supone, siendo un lugar del que disfrutar y en el que poder vivir. De este modo, se buscaba que la campaña turística estuviera dirigida tanto a recuperar el turismo que se estaba perdiendo como a todos los habitantes del estado de Nueva York.
Glaser, se inspiró en el eslogan “Virginia is for Lovers”, campaña creada en 1959 para promocionar ese estado.
Así que la primera idea de Glaser fue utilizar el simple eslogan “I love New York” (Me gusta Nueva York) en dos líneas, con una tipografía elegante que llamara la atención. Pero tras pensar un día entero, anotó en una hoja “I Love New York” y se percató de que únicamente necesitaba las mayúsculas para hacer llegar el mensaje e inspirado en el logotipo de Virginia, creó un logo que consistía en la letra I seguida del símbolo del corazón en rojo. Debajo situó las letras N e Y escritas en la patriótica tipografía American Typewriter, resultando el logo que todos conocemos “I love NY”. Aquí podemos ver un el boceto que hizo durante un viaje en taxi que se encuentra actualmente expuesto en el MoMA.
Originalmente la campaña estaba pensada para que durase únicamente un par de meses, pero su éxito la ha hecho perdurar con el paso de los años como una marca de identidad de la ciudad de Nueva York. Sus camisetas blancas con el logo estampado aún siguen siendo a día de hoy uno de los recuerdos de Nueva York más vendidos.
Tras los ataques del 11-S, Glaser creó una nueva versión del logo llamada “I Love New York More Than Ever”, para mostrar su solidaridad con la ciudad, cuyos beneficios fueron destinados a organizaciones benéficas que colaboraron tras los atentados. El nuevo diseño, que incluía una mancha negra en la parta inferior izquierda del corazón, simbolizando el hueco dejado en el World Trade Center tras la caída de las Torres Gemelas.
El logo de I love New York es uno de lo más comercializados en la ciudad de Nueva York. Podemos encontrarlo en camisetas, tazas, bolsos, y en muchos otros artículos de merchandising. Se puede afirmar, por tanto, en cierto modo, que Nueva York se ha convertido en una auténtica ciudad-marca, incluso una lovemark (marca que amamos); el símbolo del sueño americano por excelencia, famosa por su arquitectura, por sus museos, por su historia, sus monumentos, por su centro financiero y comercial, y sobre todo por ser la ciudad fetiche de guionistas y productores de cine y televisión. El logo de Glaser consiguió elevar la categoría de la ciudad y, lo que es más importante y difícil, a mantenerla durante todos estos años.
En los últimos años, esta maca ha sido explotada por muchos otros lugares como Londres, París, Los Ángeles, San Francisco o México DF. También la idea ha sido explotada más allá de los corazones, siendo el ejemplo más característico el I (trébol) Boston.
Un ilustrador y diseñador nacido en Nueva York en 1929 y formado en la Cooper Union Art School y en la Academia de Bellas Artes de Bolonia (Italia).
Glaser fue cofundador junto a Clay Felker de la revista New York Magazine en 1966, el diseñador del famoso póster de Bob Dylan en el mismo año y el encargado de rediseñar los periódicos “Washington Post” y “O Globo” (Rio de Janeiro). En España se ocupó del rediseño del diario “La Vanguardia” (1987-1989) cuando la publicación dio su paso del blanco y negro al color. Su obra está expuesta de forma permanente en lugares tan importantes como el MoMA o el Smithsonian Institute.